Los abscesos son pequeños puntos rojos que provocan dolor, la mayoría de las veces en una intensidad moderada, y que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Cómo se originan los abscesos y cómo se pueden curar
Cuando un absceso aparece, se trata de una señal clara que nuestro cuerpo nos está enviando: hay una infección presente en esa zona y es necesario combatirla.
Al detectar la presencia de una infección, el sistema inmunológico envía glóbulos blancos al área afectada. La acción de los linfocitos sobre el tejido dañado, y el virus o las bacterias termina por darle forma al pus, un líquido blancuzco que se encuentre dentro de los abscesos.
Existen diferentes remedios caseros para tratar los abscesos, pero debes tener siempre presente que si la infección que causó la lesión empeora, es imperativo que el individuo que padece el absceso consulte de inmediato a su médico.
La mejor forma de evitar que una infección se agrave es actuar antes de que la misma cree en el cuerpo las condiciones óptimas para su diseminación, por este motivo, es importante actuar apenas el absceso se identifique.
Para los tratamientos caseros que estaremos explicando el usuario necesitará contar con los siguientes ingredientes:
- 50 gr de harina vegetal.
- Una cebolla.
- Tamiz y mortero.
- Algodón.
- 100 ml de aceite de lavanda.
- Una toalla.
Estos materiales se emplearán de la siguiente manera. Recuerda que se trata de tres tratamientos caseros distintos, de modo que lo más recomendable es que los emplees uno por uno, y no todos a la vez, para ver cuál se muestra más efectivo en tu caso en particular.
- Compresa de zumo de cebolla: Pica la cebolla en rodajas y colócalas dentro del tamiz. Con el mortero tritura la cebolla hasta que solo quede un zumo. Mezcla ese zumo con los 50 gm de harina vegetal, y coloca el emplasto en la zona afectada por el absceso.
- Frotamientos con lavanda: vierte unas dos gotas de aceite de lavanda sobre el absceso y frota suavemente el área enrojecida con un algodón. Las propiedades antiinflamatorias de la lavanda pronto entrarán en acción.
- Compresa de agua caliente: llena una olla con agua hasta la mitad y mete una toalla a remojar allí. Luego de diez minutos retira la toalla, espera a que la temperatura de la toalla baje un poco (sin dejar que llegue a estar tibia ni fría), y luego colócala sobre el absceso. El vapor debería ablandar el pus y remover el absceso.