Se pensaba que los huevos estaban relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca debido a las yemas ricas en colesterol. Grupos como la American Heart Association promovieron rápidamente esta idea y aconsejaron a las personas que no consumieran la yema. Sin embargo, el hecho es que el colesterol dietético no tiene mucho efecto sobre el colesterol en la sangre.
Los estudios clínicos apoyan este hecho. Un estudio publicado en JAMA en 1999 que examinó dos estudios que incluyeron a casi 38,000 hombres y 80,000 mujeres, encontró que consumir de cinco a seis huevos por semana no estaba asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
Y un metaanálisis publicado en BMJ el año pasado, que incluye ocho artículos y un total de aproximadamente 260,000 individuos, encontró que un mayor consumo de huevos hasta un huevo por día no está asociado con un mayor riesgo de enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.
Podría haber pequeños aumentos en el colesterol en la sangre como resultado del consumo de grandes cantidades de colesterol en la dieta. Añade que los nutrientes beneficiosos, como las proteínas, la vitamina B12, la riboflavina, el folato y la vitamina D que se encuentran en las yemas de huevo pueden contrarrestar los efectos del colesterol.
Por su parte, la American Heart Association ha cambiado de tono y recomienda que las personas limiten su ingesta de colesterol a unos 300 miligramos de colesterol al día. Los huevos, que ya no están fuera de los límites de acuerdo con las directrices, contienen aproximadamente 200 miligramos, con yema y clara.
En realidad, no hay razón para que los huevos no puedan ser parte de una dieta saludable. El viejo dicho de que «todo debe hacerse con moderación» ciertamente se aplica en este caso.