La respiración contribuye a que nuestro sistema respiratorio mueva el oxígeno hacia adentro y hacia afuera, con ello podemos movernos y funcionar correctamente. Si te concentras en tu respiración descubrirás que puedes controlar, y reducir, el estrés o la ansiedad que, en ocasiones, sientes. Los ejercicios de respiración profunda son el punto central de actividades como el yoga, los Pilates y la meditación.
Practicar técnicas de respiración puede ser beneficioso para hacer frente a problemas de salud, como ataques de pánico y trastornos digestivos y, en última instancia, ayuda a aliviar la mente y el cuerpo. Se realizó un estudio para ver los efectos de la respiración profunda controlada en pacientes que eran fumadores dependientes que pasaban por abstinencia.
Al final, se encontró que los síntomas de abstinencia, y los antojos de cigarrillos, disminuyeron, significativamente, cuando los pacientes practicaban la respiración profunda controlada. Con todo lo anterior, se puede constatar que la práctica de la respiración controlada es beneficiosa no sólo física sino también mentalmente.
¿Sabías que la respiración profunda disminuye la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede ayudar a prevenir un accidente cerebrovascular y reducir el riesgo de aneurisma cerebral?
Hicimos algunas investigaciones y encontramos algunos ejercicios de respiración que tal vez quieras probar. ¡Intenta estos ejercicios de respiración profunda en casa, o en tu tiempo libre!
Aliento de fuelle (el aliento estimulante)
La respiración de fuelle es un ejercicio de respiración practicado en técnicas de yoga que se enfoca en aumentar la energía vital, y ayuda a aumentar el estado de alerta. Es un ejercicio ruidoso que produce un movimiento rápido del diafragma y, si se realiza correctamente, debería incrementar tu sentido de conciencia. Intenta esto cuando sientas una falta de energía para un impulso. Si se hace bien, al final debes sentirte rejuvenecido.
- Inhala y exhala rápidamente manteniendo la boca cerrada.
- Asegúrate de que tus respiraciones sean cortas, e iguales.
- Practica 3 ciclos de respiración de entrada y salida por segundo; y respira normalmente después de cada ciclo.
- Si es tu primer intento, no busques superar los 15 segundos. Puedes aumentar tu tiempo cada vez que practiques la respiración estimulante.
- Mientras practicas, trata de trabajar hasta alcanzar un minuto completo.
El ejercicio de respiración relajante (4-7-8)
Puedes hacer este ejercicio en cualquier lugar y en cualquier posición. Sin embargo, es mejor hacerlo sentado con la espalda recta. A lo largo de todo el ejercicio, coloca la punta de la lengua contra el tejido que se encuentra detrás de los dientes frontales superiores. Ligeramente, levanta tus labios si es necesario.
Para este ejercicio, inhalarás silenciosamente por la nariz; y exhalarás de forma audible por la boca mientras mantienes la lengua en su lugar todo el tiempo. Esta técnica ayudará a aliviar el estrés interno, o la tensión, cuando haya ocurrido algo molesto, o para ayudarte a dormir.
- Con la boca cerrada, inhala silenciosamente por la nariz mientras cuentas hasta cuatro.
- Aguanta la respiración contando hasta 7.
- Mientras haces un sonido de whoosh, exhala de por la boca contando hasta 8.
- Todo este proceso es una respiración.
- Repite el ciclo 3 veces más.
Ejercicio de conteo de aliento
Esta técnica se utiliza, típicamente, en la práctica del zen. Sentado en una posición cómoda, y con la columna vertebral recta y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, respira profundamente un par de veces, antes de dejar que salga de forma natural sin ninguna influencia. No cuentes más allá de «cinco» para este ejercicio; y sólo hazlo una vez que hayas exhalado. Intenta practicar esto durante 10 minutos.
- Cuenta «uno» mientras exhalas.
- Exhala de nuevo, y cuenta «dos».
- Repite esto hasta llegar a «cinco».
- Luego comienza un nuevo ciclo contando, nuevamente, «uno» cuando exhales.
Respiración de la mañana
Puedes practicar este ejercicio cuando te despiertas por la mañana, para ayudar a aliviar la rigidez muscular, y para despejar las vías respiratorias bloqueadas. Si lo haces durante todo el día, contribuyes a aliviar la tensión de la espalda.
- En una posición de pie, deja que tus brazos cuelguen a los costados mientras te doblas hacia adelante desde la cintura, y con las rodillas ligeramente flexionadas.
- Mientras inhalas, lenta y profundamente, enrolla despacio hasta que hayas vuelto a la posición de pie. Tu cabeza debe ser la última parte de tu cuerpo para volver a subir.
- Aguanta la respiración durante unos segundos en esta posición.
- Exhala, lentamente, mientras regresas a la posición original; inclinándote hacia adelante en la cintura.
- Repite estos pasos según sea necesario.