La presión arterial es un trastorno muy común que puede llegar a ser grave y ocasionar la muerte si no es tratada a tiempo. Según la PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) un 25,5 % de las muertes ocurridas en la población española se deben a este trastorno. La presión arterial se puede determinar por la cantidad de sangre que bombea el corazón y por la cantidad de resistencia al flujo de la sangre en las arterias.
La presión arterial es una enfermedad que no presenta signos, ni síntomas visibles. Puedes padecer esta enfermedad por años sin que se detecte que la tienes. Sin embargo aunque este trastorno no presente síntomas causa severos daños en el organismo.
La presión arterial causa daños en los vasos sanguíneos y en el corazón, además de aumentar las probabilidades de riesgo a una enfermedad más grave como ataques cardiacos y ACV (accidente cerebro vascular).
Como ya hemos mencionado aun cuando no se presenten síntomas de este trastorno algunas personas que lo padezcan pueden presentar: dolores de cabeza, dificultad respiratoria, sangrado por la nariz.
Sin embargo estos signos no son específicos ni constantes y no son visibles en todos los pacientes. Cuando suelen presentarse estos síntomas es porque las personas presentan cuadros graves de tensión alta y hay que acudir de forma inmediata al médico.
Causas de la hipertensión arterial
Existen dos tipos de hipertensión arterial:
- Hipertensión primaria.
- Hipertensión secundaria.
En el primer caso cuando se presenta la hipertensión primaria no existe ninguna causa, que se haya identificado, para tal padecimiento. Este tipo de trastorno suele presentarse a través de los años de forma gradual.
En el segundo caso es causada por un trastorno de salud que no ha sido detectado. Este tipo de hipertensión suele aparecer de forma repentina y causa una presión mucho más elevada que la hipertensión primaria. Existen varios medicamentos y trastornos que pueden desencadenar este tipo de padecimiento: abuso de alcohol, drogas ilegales (cocaína y metanfetaminas), problemas de tiroides, tumores de glándulas suprarrenales, problemas renales, falta de sueño.
También puede ser desencadenada por algunos medicamentos de uso común como: pastillas anticonceptivas, antigripales, descongestionantes nasales, medicamentos para dolores musculares o de cabeza, y algunos medicamentos con receta médica.
Además de las causas, existen factores de riesgo que pueden ayudar a que este tipo de trastorno se presente como: la edad, la raza, antecedentes familiares, sobrepeso, sedentarismo, el abuso del tabaco, el uso excesivo de sal, falta de potasio en la dieta, falta de vitamina D en la dieta, abuso de alcohol, estrés y algunos trastornos crónicos. En ocasiones el estado de embarazo también puede contribuir a una presión elevada.
Los adultos poseen un riesgo más elevado de padecer de este tipo de trastorno, sin embargo, los niños no están exentos del riesgo. En la mayoría de los casos de presión arterial en niños se debe a un problema con el corazón o lo riñones, pero en la actualidad los malos hábitos están haciendo de las suyas en la salud de los más pequeños.